La movilidad eléctrica no es ya una promesa de futuro, sino una realidad en expansión. Según datos recientes de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), en enero de este año las matriculaciones de vehículos eléctricos crecieron un 34% respecto al mismo mes del año anterior. Este avance es alentador, pero también plantea nuevos desafíos para los operadores de infraestructura: ¿cómo garantizar la rentabilidad de las instalaciones? ¿Cómo mejorar la experiencia del usuario sin comprometer los márgenes?
Rentabilizar cuando el sol brilla

Desde la perspectiva de una empresa operadora, uno de los grandes retos es la baja ocupación de horas donde la producción de energía renovable es alta, pero la demanda de carga es baja. Pensemos en un mediodía de verano en cualquier región soleada de España. Las placas fotovoltaicas están generando grandes cantidades de energía limpia y barata, almacenada en sistemas de baterías. Sin embargo, en ese momento, apenas hay vehículos conectados. Esa energía queda infrautilizada. ¿Cómo transformar ese excedente en oportunidad de negocio? La respuesta está en el Smart Pricing.
Smart Pricing: modelo inteligente, operación eficiente
El Smart Pricing es una solución de software avanzada que permite a los operadores ajustar las tarifas de carga de forma dinámica en función de múltiples variables: origen de la energía (red, solar o batería), previsión de generación fotovoltaica (gracias a modelos meteorológicos), y estimaciones de ocupación basadas en históricos de uso.
Con esta información, el sistema puede ofrecer precios en tiempo real a los conductores, accesibles desde una app o plataforma digital. Esto no solo incentiva la carga en momentos estratégicos, sino que optimiza la utilización de la instalación y mejora el retorno de inversión.

Ventajas operativas claras
Para las empresas operadoras, el Smart Pricing representa un modelo de ingresos evolutivo con múltiples beneficios:
- Mayor rentabilidad, al generar uso en franjas horarias tradicionalmente infrautilizadas.
- Demanda equilibrada, gracias a precios reducidos que incentivan el consumo en momentos valle.
- Control de márgenes, ya que al conocer el coste energético en tiempo real, se puede adaptar la tarifa sin comprometer la viabilidad económica.
Además, este modelo impacta positivamente en el comportamiento del usuario. Estudios muestran que los conductores de vehículos eléctricos, al igual que los de combustión, buscan la mejor tarifa disponible. Con una diferencia importante: mientras la calidad del combustible puede variar, en la electricidad todos los electrones son iguales. La decisión se basa principalmente en el precio.
Una ventaja competitiva para liderar el cambio
Desde el punto de vista de la operación, el Smart Pricing es mucho más que una tarifa flexible. Es una herramienta de gestión estratégica que alinea eficiencia económica, sostenibilidad energética y experiencia de usuario. Facilita una mayor ocupación en horarios rentables para la fotovoltaica, refuerza el posicionamiento del operador como referente en innovación digital y contribuye activamente al despliegue inteligente de la infraestructura de recarga.
En resumen, el Smart Pricing permite a los operadores no solo adaptarse al crecimiento de la movilidad eléctrica, sino liderarlo.